Me he despertado feliz, mi alma viste alegría, sentimiento que deseo, a todo ser que respira. Me despierto agradecida, con la mayor voluntad, de recorrer mis caminos en prudente libertad. Libertad que solo ofrece, la justa capacidad, de dirigir mis acciones sin olvidarme de amar. Y es que -AMAR- es meditar, comprender sin censurar; es brindar sin esperar, perdonar sin prejuzgar; servir -incondicional- efectuando así el apoyo, con el sincero cariño que da el amor verdadero. Es enmendar los errores con cautela y sin ofensas, estos existen en -todos- y somos dignos, de benevolencia. Es aplacar toda ira con virtudes de nobleza, reconocerse uno mismo y doblegando el orgullo, aceptar que somos -TODOS- uno más en este mundo, con el derecho de amar y sentirnos comprendidos. Qué felicidad sentir la paz que el alma delinea, meditando y comprendiendo las penurias de la vida y... poder... amar... por sobre todas las cosas. Hoy me desperté feliz hay en mi ser alegría y lo quise compartir con toda mi gente querida...
12 de agosto de 2005
Ivette m. Quiles Silva
con cariño... Campesina, Brillamor
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