Amarse a uno mismo, es el comienzo de -amar la vida- mediante la toma de esa -responsabilidad- que engloba: respeto, lealtad y -atención- para con nuestra persona y nuestro entorno. Es mejorar y preservar -la vida- con dedicación, llevando a cabo los preceptos que prospere nuestras funciones con todo lo existente. Reciclar, reducir y reutilizar, comienzan con la -R- de responsabilidad. Inclinarse a conducir su acción, es un acto de valentía que devenga una ganancia dual entre materia y espíritu y repercute en un máximo bien para uno, los demás y nuestro bendito planeta.
Aquí les presento -una- entre las tres formas de -cómo deleitar- los beneficios de tan importante acción . Con una cobertura de sofá, que mi hija deshecho, diseñe una nueva cobertura para mis sencillos muebles. ¿La ganancia?... Muebles nuevos, bolsillo contento, planeta agradecido, manos felices de laborar -por un beneficio-; mente que celebra la magnitud de su oficio y sobre todo, reconocer que fuimos creados, no sólo para creer, sino también para crear. Vivamos el gozo de ser creadores; reciclemos, reutilicemos, reduzcamos...
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