sábado, 1 de abril de 2017

No tengo temor a Dios...



        No tengo temor, a Dios, porque dios es  -la bondad y la humildad- que hace grande el corazón, de todo aquel que escudriña su posición y su rol.  Es sustancia que genera -empatía y comprensión- con la luz que clarifica, toda sombra del error. Es un eco de instrucción que hace equilibrar la vida, con acciones que promueven: paz, libertad y armonía.  Es el poder que conjuga -alma, mente y corazón- para ejercer la proeza de amarnos sin condición.  

        Le temo sí -al orgullo- que con astutos detalles, seduce el alma del hombre, convirtiéndole en esclavo, de un desvarío indomable.  Desvarío que comulga -en banquete de lujuría- donde se sienta la envidia, la avaricia y la pereza, con una gula de ira que, siendo el hombre -simple molécula- de esta infinita creación, en guateques del orgullo -promiscua con su razón- y aminorando a los otros, se adula de  superior.

       Le temo sí -a la soberbía- que amigada con el orgullo, ciega el corazón de aquellos que -atrapados en su mundo- se nubla su entendimiento y en voces de fanatismo, a diferencia de  "AMAOS los unos a los otros", se ARMAN los unos, contra los otros.  Le temo a la obcecación, que es la casa -sin ventanas- donde a diario se reunen -el orgullo y sus secuases- a modificar su argucia, con disonante alabanza. Le temo -Sí- a esa trivial condición que a mando de divisiones, regidas entre banderas, credos, mitos y obstinación, se desfigura -día a día- la exacta posición de Dios.  

       Conforme la -significación- declarada en el diccionario, ese vocablo -TEMOR- se atiende de ésta manera; (1)  Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso:  (2) Presunción o sospecha:  (3) Recelo de un daño futuro: (4)  Cárcel de presos:  (5) Sentimiento de inquietud y miedo que provoca la necesidad de huir ante alguna persona o cosa, evitarla o rechazarla por considerarla peligrosa o perjudicial:  (6) Presunción o sospecha, particularmente de un posible daño o perjuicio:  Por eso, con toda la integridad, que asienta mi corazón, declara mi afirmación -NO- no tengo temor a Dios.

        Cómo le he de temer, si optando por -la bondad y la humildad- genera mi ser la energía que me conduce a entender, los sucesos del entorno para que pueda crecer, en modesta autonomía.  Comó tener -temor- a esa sustancia que suple -paciencia y serenidad- y asentando mi consciencia -bajo el eco de instrucción, manifestar mis funciones, sin juicios ni pretención.  Cómo temer al poder que ilumina: alma, mente y corazón para aceptar que -Dios- es una efigie superior, a toda esa trivialidad; se resume en cuatro letras, se lee y se pronuncia, "AMOR".  Yo,  amo el "Amor" lleno está mi corazón de su presencia para -amarme y amar- por sobre todas las cosas lo, lo aceptas?

29 de marzo de 2017


Autora: Ivette M. Quiles Silva
con cariño... Campesina, Brillamor
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El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.  (1 Juan 4:8- libro de la biblia)
      
Dios es nuestro más elevado instinto de conocernos a nosotros mismos.  (Deepak, Chopra- 1946- médico, profesor y escritor hindú)


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